Viento
El viento puede enloquecerte. Aunque su presencia siempre me intimidó, decidí fotografiarlo. Creí que si me acercaba a él podría aprender a quererlo. Pero no fue así.
El proceso fue incómodo. La idea me obsesionó. Invisible y enigmático, se resistía a ser capturado. Busqué su huella en lagunas, médanos, colas de zorro, en el mar crispado. Lo vi desarmar el paisaje y crear algo nuevo y misterioso. Todo en unos minutos.
Un día una ráfaga me obligó a mirar hacia arriba. Allá a lo lejos, el viento me resultó más amable. Desde entonces trabajamos juntos. Movió mis pensamientos y despejando el cielo me mostró la esencia del aire en movimiento. Todavía no lo quiero, pero estamos en paz.
No hay en el mundo tristeza que no puedan curar los cielos. Thomas Moore
Aquí podés ver una nota sobre la muestra Reconexión en el Aeropuerto de Carrasco